jueves, 18 de abril de 2013

Día 2: Astorga - Villafranca del Bierzo (Parte 1)

Día 2: Astorga - Villafranza del Bierzo

Como el día anterior el despertador sonó muy temprano y como autómatas empezamos a hacer las mochilas y los petates.

Encontramos cerca de la plaza principal un bar un bar pequeñito pero que tenia bastante gente y entramos a desayunar algo. Decir que uo por las mañanas no suelo tener mucha hambre pero los dos que me acompañaban son unas limas a todas horas y que los desayunos que se pegaban eran de campeonato.

Mientras desayunábamos se nos acerco un lugareño que nos deseó suerte y que si pudiera se iba con nosotros sin pensárselo dos veces, un tipo muy peculiar y muy amable que nos alegró la mañana.

Empezamos a dar pedales, con un objetivo "La Cruz de Hierro", el punto más alto de todo el camino y lo peor es que el tiempo seguía sin acompañar del todo y seguía lloviznado a ratos.

En este punto del camino fue cuando empezamos a ver más cantidad de peregrinos a pie y también en bicicleta, llegando a Rabanal del camino, coincidimos con un grupo que eran de Sevilla muy majos, solo eran cuatro pero después descubrimos que eran hasta ocho aunque iban algo a su bola cada uno, eso si lo tenían muy bien montado porque tenían furgoneta de apoyo. Desde aquel día no paramos de encontrarnos con ellos y nos contábamos las peripecias que nos iban pasando.

Desde Rabanal empezamos el ataque a la cumbre de la Cruz de Hierro y aunque fue larga las rampas no eran excesivamente duras y cumplimos como campeones. El camino es bastante bonito y por las fechas que eran aún había zonas con nieve.



Desgraciadamente una vez que coronamos el clima no nos respetó y se puso a llover que junto con el frio hizo que no pudiéramos disfrutar demasiado y empezamos el descenso.

Si subir es duro, bajar con el frío y la lluvia que hacia era bastante peor, los dedos se nos quedaron helados y el tiempo que duró el descenso fue un suplicio. La bajada termina en Molinaseca, un pueblo precioso con una calle principal tipo medieval con el río cerca y todo muy arreglado. Nada más llegar le preguntamos a la primera persona que vimos por algún sitio donde tomar algo caliente y este nos recomendó un sitio que tenia chimenea, del resto de cosas que nos dijo no me acuerdo, yo me quedé con la palabra "chimenea" y solo quería ponerme a su vera para recuperar el tacto en mis dedos.

El bar/mesón que nos recomendó se llamaba "Mesón Puentes Romano" estaba muy bien, la chimenea secó nuestras ropas y el caldo que nos pusieron nos calentó por dentro.




Tampoco faltó el tinto con casera ;)


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